Navegando por el Estigia

Cerbero nos da paso y Caronte nos espera. ¿Traes tu moneda en la boca? Aquí, en el Hades, la vida es más tranquila. Los pensamientos fluyen, locos, sin principio ni fin, sin pies ni cabeza, bastante tienen con guardar la compostura al otro lado de la morada.

lunes, junio 14, 2004

La vida no puede ser más irónica: perdidos en medio de la sierra madrileña, donde apenas parecen llegar los resquicios de la civilización, se reflexiona sobre los usos y desusos de las NTIC.

miércoles, junio 09, 2004

Creo que, poco a poco, me he ido acomodando a la situación de constante espera que es la vida.
Alguien dijo que la vida no es más que el escenario al que nos arrojan con el ánimo de que interpretemos el papel asignado, el guión que ni siquiera conocemos pero el que, al estilo pirandelliano, dotamos de sentido, o eso creemos.
Para mí, aquella es, más bien, una sala de espera, o de desesperación -una no existe sin la otra-.
Pasamos los años, los meses, e incluso los días, esperando. Esperamos que se cueza la pasta, esperamos el final de una jornada laboral, esperamos verle por la tarde, esperamos una llamada; desesperamos por la salida de una nota, desesperamos por un cambio que no llega y desesperamos por la vida misma.
La espera más agónica, sin duda, y aglutinadora, ciertamente, de todas ellas no es más que la de la felicidad, extraña palabreja que encierra en nueve letras conceptos que nadie ha logrado definirme. Posiblemente, hay tantos millones de entendimientos sobre este bien supremo como personas pueblan la superficie del planeta.
Qué fácil, y absurdo, sería si nos enseñaran a encontrarla desde el colegio, al igual que las derivadas o las oraciones compuestas. Todo sería mucho más sencillo.
Sin embargo, es la desesperación ante su alcance la que nos enseña a encontrarla, a cambiar el encuadre de nuestra cámara, a tomar el camino más adecuado, pues no perfecto.
La felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, en los actos cotidianos que construyen nuestra vida bajo la mirada perdida de nuestros ojos, desde un sabroso plato a un beso robado en los albores del día.

lunes, junio 07, 2004

Morfeo está enfadado conmigo, aunque ahora esté sentado a mi lado rogándome a gritos que le acompañe. Además de arruinarle sus citas con otros mortales, yo no acudo a su encuentro desde hace 40 horas. Sí, 40 horas sin adentrarme en el mundo de los sueños. Las circunstancias de mi impersonalidad con él no importan demasiado, lo que importa es todo lo que se puede hacer en 2.400 minutos seguidos, sin descanso, sin cortes publicitarios. Pensar, hablar, reir, comer, trabajar, tomar unas cervezas, volver a reir, volver a pensar, hacer tortillas de patatas, cantar, viajar, pisar la arena caliente, darse un baño en el Mediterráneo, tumbarse al sol, mirar el cielo, de nuevo reir, de nuevo pensar, y mil y una cosa más caben en casi dos días sin freno. Me preguntó cómo sería la vida si no fuesemos seres imperfectos debidos al descanso.
Ahora debo detenerme, pues pudiese ser -ojalá fuese- que la incertudumbre se convierta en certeza, y que ésta reclame un buen estado físico que el Rey de los sueños me niega castigándome por mi rebeldía.

jueves, junio 03, 2004


"Un mundo", así tituló Ángeles Santos a este lienzo realizado en plena adolescencia. Con el tiempo, ha llegado a ser reconocida como una de las más prestigiosas, y efímeras, figuras del surrealismo español.Posted by Hello

miércoles, junio 02, 2004

La incertidumbre es la peor compañera de viaje. Te envuelve sin más y todo se condiciona a ella, se ancla en tu cabeza sin que se le escape un pensamiento, anida en tu interior como una termita carcomiendo madera. Una llamada, sólo pido una llamada. Sé que una respuesta es más difícil, pero la angustia de la incomunicación va a terminar volviéndome loca. Vuelvo a marcar, espero, suenan los tonos, espero, parece que descuelgan, espero, ¡otra vez ese maldito fax!